miércoles, 9 de noviembre de 2011

La Antártida

Pingüino Barbijo
La Antártida tiene durante el verano una superficie total de 14 millones de km², siendo el cuarto continente más grande después de Asia, América y África. En invierno el mar adyacente se congela, dando lugar a una banquisa, y su superficie aumenta hasta los 30 millones de km2. Esta característica le ha valido el nombre de “Continente Pulsante”. 

Tiene forma prácticamente circular, con un diámetro de 4.500 kilómetros y una población que oscila entre los mil y los cuatro mil habitantes según las estaciones del año. Es el continente más alto del planeta, con un promedio de dos mil metros sobre el nivel del mar. Se divide en Antártida Occidental o Menor y Antártida Oriental o Mayor. La Occidental tiene islas que son una prolongación de la cordillera de los Andes (Cordillera Antartandes).

Pingüino Emperador
A pesar de ser el continente con el promedio de humedad más bajo del planeta, y el de temperatura promedio también más baja, guarda casi el 80% del agua dulce de la Tierra. En pleno verano (enero) los días tienen luz casi las 24 horas. Las horas en que el sol está más próximo al horizonte son llamadas noches blancas, mientras que durante el extenso invierno los días permanecen en una prolongada penumbra. 

El continente, sobre el cual se encuentra el Polo Sur, está formado por la gran masa helada y además por varias islas dentro de su perímetro, al sur del paralelo 60°S, entre ellas las llamadas Georgias del Sur y Sandwich del Sur (cercanas al continente americano), Bouvet, Heard y McDonald.

Albatros
Varios montes sobresalen del paisaje, entre ellos el Macizo Vinson, con 4.900 metros sobre el nivel del mar, siendo el punto más alto del continente. También es destacable el monte Erebus, un volcán situado en isla de Ross con una altura de 3.794 msnm.

Parte de la Antártida se encuentra cubierta por un gigantesco indlandsis; el espesor promedio del hielo es de 2.500 metros; el máximo espesor registrado es de 4.776 metros, casi 5 kilómetros de hielo sobre la estructura rocosa. En promedio el inlandsis tiene una extensión de 22 millones de km², lo cual supone el 90% de los hielos superficiales existentes y el 70% del agua dulce del planeta.

Cormorán Imperial
La palabra ártico proviene de un vocablo griego que significa “de la osa”, en referencia a la constelación boreal Osa Menor, en la que se encuentra la Estrella Polar, que señala al Polo Norte, mientras que antártico quiere decir “opuesto a la osa”, aludiendo al Polo Sur. Quien primero utilizó el nombre Antarctica para denominar al nuevo continente fue el cartógrafo escocés John George Bartholome en 1890.

El Polo Sur de Inaccesibilidad se ubica relativamente cerca del Polo Sur geográfico. Este es el más inaccesible de todos los del planeta. A una altura de 3.718 msnm, en sus adyacencias se ha ubicado la base rusa Vostok, donde el 21 de julio de 1983 se registró la temperatura más baja registrada en la superficie de la Tierra, -89,3 °C. También se han registrado los vientos más intensos de la superficie terrestre: 327 km/h, en julio de 1972, en la estación científica francesa Dumont d'Urville.

Se ha verificado la existencia de yacimientos de carbón, pero las condiciones climáticas, la gruesa capa de hielo y las restricciones del Tratado Antártico (en 1990 se acordó prohibir la explotación minera por 50 años) mantienen muy limitadas las prospecciones. También se especula que existen yacimientos de petróleo e importantes yacimientos de otros minerales (hierro, oro, etc.).

Menos del 3% del continente antártico se halla libre de hielos durante la época más cálida del verano austral (enero). Sin embargo, debido al calentamiento global, la Antártida pierde unos 152 km³ de hielo/año, lo que supone un aumento del nivel del mar de unos 0,4 milímetros. Mapas satelitales de la NASA indican que el calentamiento global en el período 1998-2008 ha acelerado un 75% el deshielo del continente. 

Foca cangrejera
Existe poca vegetación, y de formas muy simples, como algas, musgos y líquenes. Sin embargo la zona costera septentrional de la Península Antártica y las Antillas del Sur poseen dos plantas autóctonas: el clavel y el pasto antártico. Entre las bacterias llaman la atención las extremófilas capaces de resistir altos niveles de radiación.

La fauna es muy escasa, pero en el océano abunda en el verano. El leopardo marino, las focas de Weddell y los pingüinos son algunos ejemplos. Llaman la atención peces adaptados a vivir bajo el 0° C, como las especies de bacalao antártico. Las aguas que rodean a la Antártida son el hábitat del mayor de los animales conocidos de todas las épocas: la ballena azul, y también del mayor de los invertebrados, el calamar colosal, que puede llegar a pesar unos 500 kilos y tener una longitud de más de 15 metros.

El aumento de solo 1° C debido al calentamiento global amenaza con provocar un importante y brusco cambio del ecosistema, con la irrupción de especies depredadoras que hasta hace poco se mantenían alejadas por el frío. Ya se observa la irrupción de cangrejos y más esporádicamente tiburones.

Entre las aves se encuentran las skúas, rapaces pertenecientes a dos especies: el escúa pardo y el escúa antártico, ambos depredadores de peces y de otras aves como los petreles. También se puede encontrar especies como el cormorán antártico, petreles como el petrel gigante y el blanco, albatros, la gaviota dominicana antártica, el gaviotín antártico y la paloma antártica.

Petrel gigante
Las demás especies sólo ocupan la zona costera a veces en forma de grandes colonias, pero migran en el invierno. Algunas son pinnípedos como el lobo marino antártico, el leopardo marino, la foca de Weddell, la foca cangrejera y la foca de Ross; aves voladoras y no voladoras como los pingüinos de barbijo, el de vincha o papúa antártico, y el de ojo blanco o de Adelia. El único representante de la fauna que pasa el invierno sobre el hielo es el mayor de los pingüinos, el emperador, cuyos machos permanecen incubando los huevos puestos por las hembras, que vuelven al océano.

Entre las especies que viven en el Océano Antártico, destaca el krill, un pequeño crustáceo de 4 centímetros de longitud, base de la cadena ecológica antártica y la fuente alimenticia original de casi todas las demás especies.

Según algunos historiadores, el holandés Dirk Gerritsz fue posiblemente el primero que vio superficie antártica al navegar al sur del mar de Hoces en el área de las islas Shetland del Sur en 1599. Mejor documentado es el descubrimiento de las islas Georgias del Sur por el comerciante londinense Antony de la Roché.

El foquero inglés William Smith fue el primero en descubrir tierra al sur del paralelo 60º S: en 1819 avistó la extremidad nordestal de la isla Livingston, punta Williams; descubrió la isla Desolación y desembarcó en la isla Rey Jorge tomando posesión de ella en nombre del Reino Unido. Entre 1839 y 1843 el capitán James Clark Ross comandó una expedición británica. Ross cartografió buena parte de la costa antártica. En 1900, el Reino Unido volvió a enviar una expedición conocida por el nombre del navío, el Discovery, alcanzando el punto más meridional que ningún hombre había alcanzado hasta la fecha, la latitud 82º17'.

En 1910 dos expediciones se dirigieron a la Antártida con el mismo objetivo, alcanzar el Polo Sur. Una de ellas era noruega, comandada por Roald Amundsen. La otra, británica, fue comandada por el capitán Scott. En el verano austral de 1911 ambas expediciones se dirigieron al Polo. Amundsen utilizó como fuerza motriz perros groenlandeses. Scott, en cambio, utilizó ponis para una primera etapa y la fuerza humana en la segunda. Amundsen alcanzó el Polo Sur el 14 de diciembre de 1911; Scott lo hizo el 17-18 de enero de 1912. Mientras los noruegos no tuvieron mayores complicaciones, los cinco expedicionarios británicos murieron en la travesía de regreso.

El primer nacimiento en el continente fue el del argentino Emilio Marcos Palma el 7 de enero de 1978 en el Fortín Sargento Cabral, base antártica Esperanza. Por lo tanto, es el primer humano nacido en un continente del cual existen registros documentados, estando así registrado en el Libro Guinness de Récords.

El Tratado Antártico fue firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington y entró en vigencia el 23 de junio de 1961. Establece el marco legal para la gestión de la Antártida, y su ejecución se administra a través de reuniones consultivas (bianuales hasta 1991, anuales desde entonces).

A raíz del Tratado Antártico prácticamente todas las actividades humanas (exceptuando un limitado turismo y una limitada pesca) se reducen a la investigación científica, centrada principalmente en la meteorología y climatología, aunque el abanico de ciencias se ha ampliado.